(“¿De Nazaret puede salir algo de bueno?”

[Juan_1:46]). El Señor Jesús fue conocido como “el hijo del carpintero” (Mateo_13:55; Mar_6:3)



Free Shoutcast HostingRadio Stream Hosting

jueves, 26 de julio de 2012

Apo 9:1 El quintomensajero tocó la trompeta. Y vi que una estrella había caído del cielo a la tierra, y se le dio la llave del pozo del abismo. Apo 9:2 Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como el humo de un gran horno; y se oscureció el sol y también el aire por el humo del pozo. Apo 9:3 Y del humo salieron langostas sobre la tierra, y se les dio poder como el poder que tienen los escorpiones de la tierra. Apo 9:4 Y se les dijo que no hicieran daño a la hierba de la tierra ni a ninguna cosa verde, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tienen el sello de Elohim en sus frentes. Apo 9:5 Se les mandó que no los mataran, sino que los atormentaran por cinco meses. Su tormento era como el tormento del escorpión cuando pica al hombre. Apo 9:6 En esos días los hombres buscarán la muerte, pero de ninguna manera la hallarán. Anhelarán morir, y la muerte huirá de ellos. Apo 9:7 El aspecto de las langostas era semejante a caballos equipados para la guerra. Sobre sus cabezas tenían como coronas, semejantes al oro, y sus caras eran como caras de hombres. Apo 9:8 Tenían cabello como cabello de mujeres, y sus dientes eran como dientes de leones. Apo 9:9 Tenían corazas como corazas de hierro. El estruendo de sus alas era como el ruido de carros que con muchos caballos corren a la batalla. Apo 9:10 Tienen colas semejantes a las de los escorpiones, y aguijones. Y en sus colas está su poder para hacer daño a los hombres durante cinco meses. Apo 9:11 Tienen sobre sí un rey, el mensajero del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego tiene por nombre Apolión Destructor. Apo 9:12 El primer ay ha pasado. ¡Vienen aún dos ayes después de este! Apo 9:13 El sextomensajero tocó la trompeta. Y oí una voz que salía de los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Yahweh, Apo 9:14 diciendo al sexto mensajero que tenía la trompeta: “Desata a los cuatro mensajeros que han estado atados junto al gran río Perat”. Apo 9:15 Desataron a los cuatro mensajeros que habían estado preparados para la hora y día y mes y año, para que mataran a la tercera parte de los hombres. Apo 9:16 El número de los soldados de a caballo era de dos miríadas de miríadas; yo escuché el número de ellos. Apo 9:17 Y de esta manera, vi en la visión los caballos y a los que cabalgaban en ellos, que tenían corazas color de fuego, de jacinto y de azufre. Las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de sus bocas salía fuego, humo y azufre. Apo 9:18 La tercera parte de los hombres fueron muertos por estas tres plagas: por el fuego, el humo y el azufre que salían de la boca de ellos. Apo 9:19 Pues el poder de los caballos está en sus bocas y en sus colas. Porque sus colas son semejantes a serpientes, y tienen cabezas con las cuales hieren. Apo 9:20 Los demás hombres que no fueron muertos con estas plagas ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, para dejar de adorar a los demonios y a las imágenes de oro, y de plata, y de bronce, y de piedra, y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni caminar. Apo 9:21 Tampoco se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus robos.

Apo 9:1 El quintomensajero tocó la trompeta. Y vi que una estrella había caído del cielo a la tierra, y se le dio la llave del pozo del abismo.
Apo 9:2 Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como el humo de un gran horno; y se oscureció el sol y también el aire por el humo del pozo.
Apo 9:3 Y del humo salieron langostas sobre la tierra, y se les dio poder como el poder que tienen los escorpiones de la tierra.
Apo 9:4 Y se les dijo que no hicieran daño a la hierba de la tierra ni a ninguna cosa verde, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tienen el sello de Elohim en sus frentes.
Apo 9:5 Se les mandó que no los mataran, sino que los atormentaran por cinco meses. Su tormento era como el tormento del escorpión cuando pica al hombre.
Apo 9:6 En esos días los hombres buscarán la muerte, pero de ninguna manera la hallarán. Anhelarán morir, y la muerte huirá de ellos.
Apo 9:7 El aspecto de las langostas era semejante a caballos equipados para la guerra. Sobre sus cabezas tenían como coronas, semejantes al oro, y sus caras eran como caras de hombres.
Apo 9:8 Tenían cabello como cabello de mujeres, y sus dientes eran como dientes de leones.
Apo 9:9 Tenían corazas como corazas de hierro. El estruendo de sus alas era como el ruido de carros que con muchos caballos corren a la batalla.
Apo 9:10 Tienen colas semejantes a las de los escorpiones, y aguijones. Y en sus colas está su poder para hacer daño a los hombres durante cinco meses.
Apo 9:11 Tienen sobre sí un rey, el mensajero del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego tiene por nombre Apolión Destructor.
Apo 9:12 El primer ay ha pasado. ¡Vienen aún dos ayes después de este!
Apo 9:13 El sextomensajero tocó la trompeta. Y oí una voz que salía de los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Yahweh,
Apo 9:14 diciendo al sexto mensajero que tenía la trompeta: “Desata a los cuatro mensajeros que han estado atados junto al gran río Perat”.
Apo 9:15 Desataron a los cuatro mensajeros que habían estado preparados para la hora y día y mes y año, para que mataran a la tercera parte de los hombres.
Apo 9:16 El número de los soldados de a caballo era de dos miríadas de miríadas; yo escuché el número de ellos.
Apo 9:17 Y de esta manera, vi en la visión los caballos y a los que cabalgaban en ellos, que tenían corazas color de fuego, de jacinto y de azufre. Las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de sus bocas salía fuego, humo y azufre.
Apo 9:18 La tercera parte de los hombres fueron muertos por estas tres plagas: por el fuego, el humo y el azufre que salían de la boca de ellos.
Apo 9:19 Pues el poder de los caballos está en sus bocas y en sus colas. Porque sus colas son semejantes a serpientes, y tienen cabezas con las cuales hieren.
Apo 9:20 Los demás hombres que no fueron muertos con estas plagas ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, para dejar de adorar a los demonios y a las imágenes de oro, y de plata, y de bronce, y de piedra, y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni caminar.
Apo 9:21 Tampoco se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus robos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario