(“¿De Nazaret puede salir algo de bueno?”

[Juan_1:46]). El Señor Jesús fue conocido como “el hijo del carpintero” (Mateo_13:55; Mar_6:3)



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lunes, 1 de abril de 2013

Hugo Chavez y el Nuevo Orden Mundial -La CELAC fraude illuminati?


Sal 1:1
LIBRO 1
(Salmos 1–41)
El justo y los pecadores[a]
Bienaventurado[b] el varón
que no anduvo en consejo de malos,
ni estuvo en camino de pecadores,
ni en silla de escarnecedores se ha sentado,
Sal 1:2  sino que en la ley de Jehová está su delicia[c]
y en su Ley[d] medita de día y de noche.[e]
Sal 1:3  Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,[f]
que da su fruto en su tiempo
y su hoja no cae,
y todo lo que hace prosperará.

Sal 1:4  No así los malos,
que son como el tamo que arrebata el viento.[g]
Sal 1:5  Por tanto, no se levantarán[h]  los malos en el juicio
ni los pecadores en la congregación de los justos,

Sal 1:6  porque Jehová conoce[i] el camino de los justos,
mas la senda[j] de los malos perecerá.[k]

Apo 18:1 La caída de Babilonia[a] Después de esto vi otro ángel que descendía del cielo con gran poder, y la tierra fue alumbrada con su gloria. Apo 18:2 Clamó con voz potente, diciendo: «¡Ha caído, ha caído la gran Babilonia![b] Se ha convertido en habitación de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo y en albergue de toda ave inmunda y aborrecible,[c] Apo 18:3 porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación.[d] Los reyes de la tierra han fornicado con ella y los mercaderes de la tierra se han enriquecido con el poder de sus lujos sensuales». Apo 18:4 Y oí otra voz del cielo, que decía: «¡Salid de ella, pueblo mío,[e] para que no seáis partícipes de sus pecados ni recibáis parte de sus plagas!, Apo 18:5 porque sus pecados han llegado hasta el cielo[f] y Dios se ha acordado de sus maldades. Apo 18:6 Dadle a ella tal como ella os ha dado[g] y pagadle el doble según sus obras. En el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle el doble a ella. Apo 18:7 Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto, porque dice en su corazón: “Yo estoy sentada como una reina, no soy viuda y no veré llanto”». Apo 18:8 Por lo cual, en un solo día vendrán sus plagas:[h] muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego, porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga. Apo 18:9 Los reyes de la tierra que han fornicado con ella y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella cuando vean el humo de su incendio. Apo 18:10 Poniéndose lejos por el temor de su tormento, dirán: «¡Ay, ay de la gran ciudad, de Babilonia, la ciudad fuerte!, porque en una sola hora vino tu juicio».[i] Apo 18:11 Los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías:[j] Apo 18:12 mercadería de oro y plata; de piedras preciosas y perlas; de lino fino, púrpura, seda y escarlata; de toda madera olorosa, todo objeto de marfil y todo objeto de madera preciosa; de cobre, hierro y mármol; Apo 18:13 canela y especias aromáticas; incienso, mirra y olíbano; vino y aceite; flor de harina y trigo; bestias y ovejas; caballos y carros; esclavos y almas de hombres.[k] Apo 18:14 Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado y nunca más las hallarás. Apo 18:15 Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pondrán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando,[l] Apo 18:16 diciendo: «¡Ay, ay de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, púrpura y escarlata, y estaba adornada de oro, piedras preciosas y perlas!,[m] Apo 18:17 porque en una sola hora han sido consumidas tantas riquezas». Todo piloto y todos los que viajan en naves, los marineros y todos los que trabajan en el mar, se pusieron lejos,[n] Apo 18:18 y viendo el humo de su incendio dieron voces, diciendo: «¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad?». Apo 18:19 Y echaron polvo sobre sus cabezas y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: «¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas! ¡En una sola hora ha sido desolada![ñ] Apo 18:20 Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros santos,[o] apóstoles y profetas, porque Dios os ha hecho justicia en ella». Apo 18:21 Un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: «Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada.[p] Apo 18:22 Voz de arpistas, músicos, flautistas y trompetistas no se oirá más de ti. Ni se hallará más en ti artífice de oficio alguno, ni ruido de molinos se oirá más en ti.[q] Apo 18:23 Luz de lámpara no alumbrará más en ti, ni voz de esposo y esposa se oirá más en ti,[r] porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra y por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones. Apo 18:24 En ella se halló la sangre de los profetas y de los santos y de todos los que han sido muertos en la tierra».

El Objetivo final: Nuevo Orden Mundial (Entrevista a Aaron Russo)


 http://www.youtube.com/watch?v=YxsFck6_BRI
Los Iluminados de Baviera y los “Illuminati”

En su libro, "Ángeles y Demonios", Dan Brown evoca a los Illuminati, una sociedad secreta cuyos orígenes se remontarían al siglo XVI y que reuniría a eruditos cuyas tesis científicas habrían sido rechazadas por la Iglesia. Según Dan Brown, el astrónomo y matemático Galileo (1564-1642) habría sido uno de los miembros más eminentes de esta sociedad. Perseguidos por la Iglesia Católica, los Illuminati se habrían extendido por Europa, mezclándose con místicos, alquimistas, ocultistas, judíos o musulmanes, y se infiltraron en la Masonería. Siempre según el autor de "Ángeles y Demonios", esta sociedad secreta trabajaría en la destrucción de la Iglesia cristiana. En su libro, pone en escena una conspiración orquestada por ella.

Si bien ha existido una organización cuyo nombre se parece al citado por Dan Brown, su historia no es esa. El grupo que le sirvió de modelo es el de los Illuminaten (que no Illuminati), y su existencia no se remonta al siglo XVI, sino al final del XVIII, o sea cerca de ciento cincuenta años después de la muerte de Galileo. Los Illuminaten, más conocidos bajo el nombre de Iluminados de Baviera, eran una hermandad que fue creada en mayo de 1776 por Adam Weishaupt (1748-1813), profesor de Derecho en la Universidad de Ingolstadt, en Baviera. Antiguo alumno de los jesuitas, estuvo marcado por la forma en la que estos últimos le enseñaron la religión, utilizando una especie de “enderezamiento metódico” destinado a imponer una devoción de fachada y vacía. Concibió una gran aversión por la religión y se esforzó en combatir el oscurantismo religioso uniéndose a la Ilustración. Con este espíritu fundó los Illuminaten, una sociedad secreta que no tenía vocación iniciática, sino un objetivo más bien subversivo.

La doctrina de los Illuminaten se inspira en Rousseau. Predica el igualitarismo y un racionalismo hostil a la religión. La luz que buscan no es la de la espiritualidad o la de la iniciación, sino la de la razón, la de la Ilustración que marca el siglo XVIII. Adam Weishaupt apenas consigue reunir a una decena de miembros en torno a él. Constatando el poco éxito de su empresa, dio a los Illuminaten una forma masónica para seducir a nuevos adeptos. En 1782, intentó incluso crear una institución destinada a federar la masonería alemana con el fin de “curarla de la tesofía” y acercarla al racionalismo. La sociedad de los Illuminaten se extendió entonces por Austria, Bohemia y Hungría, y se infiltró definitivamente en la Masonería.

A finales del siglo XVIII, la Masonería alemana estaba dominada por la Estricta Observancia Templaria y la Rosa-Cruz, dos grupos muy vinculados al cristianismo por un lado y a la espiritualidad mística por otro. Estos dos grupos, en particular los Rosacruces, presintieron rápidamente el peligro que representaban los Illuminaten, que pretendían reformar la sociedad instaurando el ateísmo. El 11 de noviembre de 1783, la logia de los Tres Globos de Berlín lanzó un anatema contra los Illuminaten, a los que acusaba de querer minar la religión cristiana y hacer de la Masonería un sistema político.

Por su parte, las autoridades políticas se sintieron también amenazadas, ya que Weishaupt quería apoderarse también de la monarquía. Para poner fin a estas maniobras, el 22 de junio de 1784, el príncipe Charles Théodore, elector de Baviera, emitió un edicto ordenando la disolución de toda sociedad secreta. Algunos meses más tarde, a principios del año 1785, Adam Weishaupt fue hostigado. Destituido primero de su cátedra universitaria, pronto fue expulsado de Baviera. Entonces los Illuminaten fueron acorralados y dejaron de existir después de 1789.(1)

A pesar de la brevedad de su existencia, los Iluminados de Baviera conocerán una formidable posteridad novelesca, que comienza al final del siglo XVIII con obras contra-revolucionarias, como el Ensayo sobre la secta de los Iluminados (1789) del marqués de Luchet, o Memorias para servir a la historia del jacobismo (1797-1799) de Augustin Barruel. Estos autores ven en la Revolución una conspiración contra la religión y la realeza, dirigida por la Masonería, y en particular por los Illuminaten. Esta tesis, muchas veces contradicha por los historiadores, conoce sin embargo los favores de los que sostienen las tesis conspirativas. Estos últimos, basados en la teoría de la conspiración, extraen su eficacia debido a que esta teoría “suprime la casualidad, los procesos históricos, las imperfecciones humanas y hace creer que todo es deseado, que hay responsables únicos de las desdichas del mundo”.(2)

Antes, se hablaba de la conspiración judeo-masónica, hoy esto se les asigna a otras minorías. Siempre es necesario encontrar chivos expiatorios al malestar de una época…

Como conclusión, se puede decir que si bien es cierto que los Illuminaten fueron poco recomendables, debido a su propensión a conspirar contra los poderes religiosos y políticos existentes, sólo tienen una lejana relación con los Illuminati de la novela de Dan Brown.

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Orden Rosacruz AMORC

Notas:

(1) René Le Forestier, los Iluminados de Baviera y la Francmasonería alemana, París, Hachette, 1914, p. 16.

(2) Antoine Vitkine, Los Nuevos impostores, La Martinière, 2005.

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Sal 145:17 Justo es Jehová en todos sus caminos
y misericordioso en todas sus obras.
Sal 145:18 Cercano está Jehová a todos los que lo invocan,
a todos los que lo invocan de veras.
Sal 145:19 Cumplirá el deseo de los que lo temen;
oirá asimismo el clamor de ellos y los salvará.
Sal 145:20 Jehová guarda a todos los que lo aman,
pero destruirá a todos los impíos.

Sal 145:21 La alabanza de Jehová proclamará mi boca.
¡Todos bendigan su santo nombre
eternamente y para siempre!

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al 1:1
LIBRO 1
(Salmos 1–41)
El justo y los pecadores
Bienaventurado el varón
que no anduvo en consejo de malos,
ni estuvo en camino de pecadores,
ni en silla de escarnecedores se ha sentado,
Sal 1:2  sino que en la ley de Jehová está su delicia
y en su Ley medita de día y de noche.
Sal 1:3  Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
que da su fruto en su tiempo
y su hoja no cae,
y todo lo que hace prosperará.

Sal 1:4  No así los malos,
que son como el tamo que arrebata el viento.
Sal 1:5  Por tanto, no se levantarán  los malos en el juicio
ni los pecadores en la congregación de los justos,

Sal 1:6  porque Jehová conoce el camino de los justos,
mas la senda  de los malos perecerá.

Testimonio ex Sacerdote Catolico Jesuita Alberto Rivera


Sal 1:1
LIBRO 1
(Salmos 1–41)
El justo y los pecadores
Bienaventurado el varón
que no anduvo en consejo de malos,
ni estuvo en camino de pecadores,
ni en silla de escarnecedores se ha sentado,
Sal 1:2  sino que en la ley de Jehová está su delicia
y en su Ley medita de día y de noche.
Sal 1:3  Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
que da su fruto en su tiempo
y su hoja no cae,
y todo lo que hace prosperará.

Sal 1:4  No así los malos,
que son como el tamo que arrebata el viento.
Sal 1:5  Por tanto, no se levantarán  los malos en el juicio
ni los pecadores en la congregación de los justos,

Sal 1:6  porque Jehová conoce el camino de los justos,
mas la senda  de los malos perecerá.

Ecumenismo. / la Caida de Babilonia Apocal

http://es.wikipedia.org/wiki/Ecumenismo
Apo 18:1  
La caída de Babilonia[a] 
Después de esto vi otro ángel que descendía del cielo con gran poder, y la tierra fue alumbrada con su gloria. 
Apo 18:2  Clamó con voz potente, diciendo: 
«¡Ha caído, ha caído la gran Babilonia![b] 
Se ha convertido en habitación de demonios, 
en guarida de todo espíritu inmundo 
y en albergue de toda ave inmunda y aborrecible,[c] 
Apo 18:3  porque todas las naciones han bebido 
del vino del furor de su fornicación.[d] 
Los reyes de la tierra han fornicado con ella 
y los mercaderes de la tierra se han enriquecido 
con el poder de sus lujos sensuales». 
Apo 18:4  Y oí otra voz del cielo, que decía: 
«¡Salid de ella, pueblo mío,[e] 
para que no seáis partícipes de sus pecados 
ni recibáis parte de sus plagas!, 
Apo 18:5  porque sus pecados han llegado hasta el cielo[f] 
y Dios se ha acordado de sus maldades. 
Apo 18:6  Dadle a ella tal como ella os ha dado[g] 
y pagadle el doble según sus obras. 
En el cáliz en que ella preparó bebida, 
preparadle el doble a ella. 
Apo 18:7  Cuanto ella se ha glorificado 
y ha vivido en deleites, 
tanto dadle de tormento y llanto, 
porque dice en su corazón: 
“Yo estoy sentada como una reina, 
no soy viuda y no veré llanto”». 
Apo 18:8  Por lo cual, en un solo día 
vendrán sus plagas:[h] 
muerte, llanto y hambre, 
y será quemada con fuego, 
porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga. 

Apo 18:9  Los reyes de la tierra que han fornicado con ella y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella cuando vean el humo de su incendio. 
Apo 18:10  Poniéndose lejos por el temor de su tormento, dirán: 
«¡Ay, ay de la gran ciudad, 
de Babilonia, la ciudad fuerte!, 
porque en una sola hora vino tu juicio».[i] 

Apo 18:11  Los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías:[j] 
Apo 18:12  mercadería de oro y plata; de piedras preciosas y perlas; de lino fino, púrpura, seda y escarlata; de toda madera olorosa, todo objeto de marfil y todo objeto de madera preciosa; de cobre, hierro y mármol; 
Apo 18:13  canela y especias aromáticas; incienso, mirra y olíbano; vino y aceite; flor de harina y trigo; bestias y ovejas; caballos y carros; esclavos y almas de hombres.[k] 
Apo 18:14  Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado y nunca más las hallarás. 

Apo 18:15  Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pondrán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando,[l] 
Apo 18:16  diciendo: 
«¡Ay, ay de la gran ciudad, 
que estaba vestida de lino fino, 
púrpura y escarlata, 
y estaba adornada de oro, 
piedras preciosas y perlas!,[m] 
Apo 18:17  porque en una sola hora 
han sido consumidas tantas riquezas». 
Todo piloto y todos los que viajan en naves, los marineros y todos los que trabajan en el mar, se pusieron lejos,[n] 
Apo 18:18  y viendo el humo de su incendio dieron voces, diciendo: «¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad?». 
Apo 18:19  Y echaron polvo sobre sus cabezas y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: 
«¡Ay, ay de la gran ciudad, 
en la cual todos los que tenían naves en el mar 
se habían enriquecido de sus riquezas! 
¡En una sola hora 
ha sido desolada![ñ] 
Apo 18:20  Alégrate sobre ella, cielo, 
y vosotros santos,[o] apóstoles y profetas, 
porque Dios os ha hecho justicia en ella». 

Apo 18:21  Un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: 
«Con el mismo ímpetu será derribada 
Babilonia, la gran ciudad, 
y nunca más será hallada.[p] 
Apo 18:22  Voz de arpistas, músicos, 
flautistas y trompetistas 
no se oirá más de ti. 
Ni se hallará más en ti 
artífice de oficio alguno, 
ni ruido de molinos 
se oirá más en ti.[q] 
Apo 18:23  Luz de lámpara 
no alumbrará más en ti, 
ni voz de esposo y esposa 
se oirá más en ti,[r] 
porque tus mercaderes 
eran los grandes de la tierra 
y por tus hechicerías fueron 
engañadas todas las naciones. 

Apo 18:24  En ella se halló la sangre de los profetas y de los santos y de todos los que han sido muertos en la tierra».[s] 
  
http://www.elarrebatamiento.com/     Apo 18:1
La caída de Babilonia[a]
Después de esto vi otro ángel que descendía del cielo con gran poder, y la tierra fue alumbrada con su gloria.
Apo 18:2  Clamó con voz potente, diciendo:
«¡Ha caído, ha caído la gran Babilonia![b]
Se ha convertido en habitación de demonios,
en guarida de todo espíritu inmundo
y en albergue de toda ave inmunda y aborrecible,[c]
Apo 18:3  porque todas las naciones han bebido
del vino del furor de su fornicación.[d]
Los reyes de la tierra han fornicado con ella
y los mercaderes de la tierra se han enriquecido
con el poder de sus lujos sensuales».
Apo 18:4  Y oí otra voz del cielo, que decía:
«¡Salid de ella, pueblo mío,[e]
para que no seáis partícipes de sus pecados
ni recibáis parte de sus plagas!,
Apo 18:5  porque sus pecados han llegado hasta el cielo[f]
y Dios se ha acordado de sus maldades.
Apo 18:6  Dadle a ella tal como ella os ha dado[g]
y pagadle el doble según sus obras.
En el cáliz en que ella preparó bebida,
preparadle el doble a ella.
Apo 18:7  Cuanto ella se ha glorificado
y ha vivido en deleites,
tanto dadle de tormento y llanto,
porque dice en su corazón:
“Yo estoy sentada como una reina,
no soy viuda y no veré llanto”».
Apo 18:8  Por lo cual, en un solo día
vendrán sus plagas:[h]
muerte, llanto y hambre,
y será quemada con fuego,
porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga.

Apo 18:9  Los reyes de la tierra que han fornicado con ella y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella cuando vean el humo de su incendio.
Apo 18:10  Poniéndose lejos por el temor de su tormento, dirán:
«¡Ay, ay de la gran ciudad,
de Babilonia, la ciudad fuerte!,
porque en una sola hora vino tu juicio».[i]

Apo 18:11  Los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías:[j]
Apo 18:12  mercadería de oro y plata; de piedras preciosas y perlas; de lino fino, púrpura, seda y escarlata; de toda madera olorosa, todo objeto de marfil y todo objeto de madera preciosa; de cobre, hierro y mármol;
Apo 18:13  canela y especias aromáticas; incienso, mirra y olíbano; vino y aceite; flor de harina y trigo; bestias y ovejas; caballos y carros; esclavos y almas de hombres.[k]
Apo 18:14  Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado y nunca más las hallarás.

Apo 18:15  Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pondrán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando,[l]
Apo 18:16  diciendo:
«¡Ay, ay de la gran ciudad,
que estaba vestida de lino fino,
púrpura y escarlata,
y estaba adornada de oro,
piedras preciosas y perlas!,[m]
Apo 18:17  porque en una sola hora
han sido consumidas tantas riquezas».
Todo piloto y todos los que viajan en naves, los marineros y todos los que trabajan en el mar, se pusieron lejos,[n]
Apo 18:18  y viendo el humo de su incendio dieron voces, diciendo: «¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad?».
Apo 18:19  Y echaron polvo sobre sus cabezas y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo:
«¡Ay, ay de la gran ciudad,
en la cual todos los que tenían naves en el mar
se habían enriquecido de sus riquezas!
¡En una sola hora
ha sido desolada![ñ]
Apo 18:20  Alégrate sobre ella, cielo,
y vosotros santos,[o] apóstoles y profetas,
porque Dios os ha hecho justicia en ella».

Apo 18:21  Un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo:
«Con el mismo ímpetu será derribada
Babilonia, la gran ciudad,
y nunca más será hallada.[p]
Apo 18:22  Voz de arpistas, músicos,
flautistas y trompetistas
no se oirá más de ti.
Ni se hallará más en ti
artífice de oficio alguno,
ni ruido de molinos
se oirá más en ti.[q]
Apo 18:23  Luz de lámpara
no alumbrará más en ti,
ni voz de esposo y esposa
se oirá más en ti,[r]
porque tus mercaderes
eran los grandes de la tierra
y por tus hechicerías fueron
engañadas todas las naciones.

Apo 18:24  En ella se halló la sangre de los profetas y de los santos y de todos los que han sido muertos en la tierra».

Apo 18:1 La caída de Babilonia[a] Después de esto vi otro ángel que descendía del cielo con gran poder, y la tierra fue alumbrada con su gloria. Apo 18:2 Clamó con voz potente, diciendo: «¡Ha caído, ha caído la gran Babilonia![b] Se ha convertido en habitación de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo y en albergue de toda ave inmunda y aborrecible,[c] Apo 18:3 porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación.[d] Los reyes de la tierra han fornicado con ella y los mercaderes de la tierra se han enriquecido con el poder de sus lujos sensuales». Apo 18:4 Y oí otra voz del cielo, que decía: «¡Salid de ella, pueblo mío,[e] para que no seáis partícipes de sus pecados ni recibáis parte de sus plagas!, Apo 18:5 porque sus pecados han llegado hasta el cielo[f] y Dios se ha acordado de sus maldades. Apo 18:6 Dadle a ella tal como ella os ha dado[g] y pagadle el doble según sus obras. En el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle el doble a ella. Apo 18:7 Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto, porque dice en su corazón: “Yo estoy sentada como una reina, no soy viuda y no veré llanto”». Apo 18:8 Por lo cual, en un solo día vendrán sus plagas:[h] muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego, porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga. Apo 18:9 Los reyes de la tierra que han fornicado con ella y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella cuando vean el humo de su incendio. Apo 18:10 Poniéndose lejos por el temor de su tormento, dirán: «¡Ay, ay de la gran ciudad, de Babilonia, la ciudad fuerte!, porque en una sola hora vino tu juicio».[i] Apo 18:11 Los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías:[j] Apo 18:12 mercadería de oro y plata; de piedras preciosas y perlas; de lino fino, púrpura, seda y escarlata; de toda madera olorosa, todo objeto de marfil y todo objeto de madera preciosa; de cobre, hierro y mármol; Apo 18:13 canela y especias aromáticas; incienso, mirra y olíbano; vino y aceite; flor de harina y trigo; bestias y ovejas; caballos y carros; esclavos y almas de hombres.[k] Apo 18:14 Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado y nunca más las hallarás. Apo 18:15 Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pondrán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando,[l] Apo 18:16 diciendo: «¡Ay, ay de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, púrpura y escarlata, y estaba adornada de oro, piedras preciosas y perlas!,[m] Apo 18:17 porque en una sola hora han sido consumidas tantas riquezas». Todo piloto y todos los que viajan en naves, los marineros y todos los que trabajan en el mar, se pusieron lejos,[n] Apo 18:18 y viendo el humo de su incendio dieron voces, diciendo: «¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad?». Apo 18:19 Y echaron polvo sobre sus cabezas y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: «¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas! ¡En una sola hora ha sido desolada![ñ] Apo 18:20 Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros santos,[o] apóstoles y profetas, porque Dios os ha hecho justicia en ella». Apo 18:21 Un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: «Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada.[p] Apo 18:22 Voz de arpistas, músicos, flautistas y trompetistas no se oirá más de ti. Ni se hallará más en ti artífice de oficio alguno, ni ruido de molinos se oirá más en ti.[q] Apo 18:23 Luz de lámpara no alumbrará más en ti, ni voz de esposo y esposa se oirá más en ti,[r] porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra y por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones. Apo 18:24 En ella se halló la sangre de los profetas y de los santos y de todos los que han sido muertos en la tierra».[s]

¿OCTAVA PLAGA DE EGIPTO? MILLONES DE LANGOSTAS AFECTAN MADAGASCAR 31 DE ...


Apo 8:1  Cuando abrió el séptimo sello,[a] se hizo silencio en el cielo como por media hora.

Apo 8:2
3. LAS SIETE TROMPETAS (8.2–11.19)[b]
Luego vi los siete ángeles que estaban de pie ante Dios, y se les dieron siete trompetas.
Apo 8:3  Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro;[c] y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono.
Apo 8:4  El humo del incienso con las oraciones de los santos subió de la mano del ángel a la presencia de Dios.[d]
Apo 8:5  Y el ángel tomó el incensario, lo llenó del fuego del altar y lo arrojó a la tierra;[e] y hubo truenos, voces,[f] relámpagos y un terremoto.[g]

Apo 8:6
Las seis primeras trompetas
Los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas.

Apo 8:7  El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego[h] mezclados con sangre que fueron lanzados sobre la tierra. Y se quemó la tercera parte de los árboles, y toda la hierba verde fue quemada.

Apo 8:8  El segundo ángel tocó la trompeta, y algo como un gran monte ardiendo en fuego fue precipitado en el mar. La tercera parte del mar se convirtió en sangre,[i]
Apo 8:9  murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar y la tercera parte de las naves fue destruida.

Apo 8:10  El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella ardiendo como una antorcha.[j] Cayó sobre la tercera parte de los ríos y sobre las fuentes de las aguas.
Apo 8:11  El nombre de la estrella es Ajenjo. La tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se volvieron amargas.[k]

Apo 8:12  El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciera la tercera parte de ellos[l] y no hubiera luz en la tercera parte del día, y asimismo en la noche.

Apo 8:13  Miré, y oí un ángel[m] que volaba en medio del cielo y decía a gran voz: «¡Ay, ay, ay de los que habitan en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para tocar los tres ángeles!».[n]